"¡Venezuela, vamos a ponerlos a rumbear!". Así comenzó la presentación de Wolfpack, uno de los dos grupos invitados internacionales al más reciente Celebrate Live, esta vez enfocado en la música electrónica. De hecho, fueron cinco horas de pinchadiscos que se pasearon desde los beats más profundos hasta clásicos de la música pop para el disfrute de miles en la capital venezolana.
La promesa de rumbear se cumplió desde el principio. A las 8:00 p.m. en punto se montó en la tarima DJ LeJac para dar comienzo al show. En 60 minutos, comenzó a calentar la audiencia, bastante joven, que llegaba a los espacios de la Universidad Metropolitana con muchas ganar de bailar, brincar y, sobre todo, tomarse fotos: Las cámaras de los celulares fueron casi tan protagonistas como el concierto.
Inmediatamente después de la salida de LeJac, Víctor Porfidio y DJane Kika dieron una muestra, a cuatro manos, de su talento. Encargados de abrirle el telón a los pupilos de las estrellas de la noche, Dmitri Vegas y Like Mike, se pasearon por muchas de las variaciones de la electrónica también por una hora. Ya con el predio de Terrazas del Ávila a más de tres cuartos de capacidad, la gente enarbolaba banderas nacionales mientras bailaba, pero todos esperaban a los DJs de Tomorrowland.
Con el Wolfpack comenzó la vibra del festival belga. Dos horas duró el set, en el que el público no paró de moverse y dos globos gigantes no pararon de revolotear entre sus manos. Constante movimiento, entre el frío que anunciaba lluvia y la música que invadía los huesos, esa era la premisa de la noche.
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